They Live

 

Wow, qué fuerte Doc… finales de Julio. Desde esa fecha no he vuelto a actualizar el blog, diario, bitácora o el término más cool que se os ocurra. Razones, varias, pero mejor no gastar energía dilucidando. Lo esencial es que la película sigue hacia adelante -siempre es buena señal no retroceder- con paso firme pero no totalmente ligero. No existen agujeros de gusano por lo que acortar el espacio tiempo. Al contrario, parece más bien que andemos enfrascados en un agujero negro que no quiere soltarnos. Los tiempos con los que contamos son tan inciertos como ilimitados. Si lo piensas, tenemos todas las horas/minutos/segundos del mundo. Es por lo único no que hace falta pagar, digan lo que digan, y lo que nos diferencia de una producción Hi-Standard (espera, ¿esto no es un grupo de música?). La presión no viene de nadie más que de nosotros mismos.

Pero mejor no nos dejemos arrastrar por ese privilegio del realizador bajo-el-suelo, sudemos un poco más, a pesar de entrar en el otoño. La idea es hacer cine, cuanto más y mejor. Es una comezón que nos acompaña día y noche, la misma que pondrá un punto -final y seguido- a esta aventura. Hay nuevas ideas, nuevas historias que quieren ser contadas. Pero todo a su momento. No vayamos al postre saltándonos uno de los platos.

 Y que me aspen si he entendido algo de todo esto.

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